El político conservador de 35 años se vio obligado a renunciar a su cargo el sábado, tras lo cual nombró al hasta ahora ministro de Relaciones Exteriores Alexander Schallenberg como su sucesor y juró como diputado.
Kurz, quien asegura ser inocente, continúa como líder del Partido Popular Austríaco (OVP) y pretende ejercer como su portavoz en el Parlamento, en tanto formaciones opositoras lo acusan de hacer lo posible para continuar gobernando desde la sombra.
Ante la petición de la Fiscalía, los diputados deberán decidir en los próximos días si le retiran la inmunidad, privilegio que obstaculiza el proceso en su contra.
Kurz, nueve de sus colaboradores y tres entidades jurídicas, son acusados de desviar fondos del Ministerio de Finanzas para pagar la publicación en medios de prensa de encuestas favorables a su persona y al OVP.
Los delitos fueron perpetrados entre 2016 y 2018, período durante el cual el exjefe de Gobierno se desempeñaba como titular de Exteriores y pretendía continuar ascendiendo en su carrera.
Los sondeos, ‘exclusivamente partidistas, a veces manipulados, de una empresa de estudios de opinión, se usaron en función de los intereses de un partido político y de sus altos funcionarios’, precisó la Fiscalía.
Dichas encuestas fueron divulgadas por el diario Osterreich, cuya empresa editora recibió varios pagos justificados como parte de convenios de cooperación publicitaria.
Kurz también enfrenta cargos por falso testimonio durante las investigaciones sobre un escándalo de corrupción en el que estuvo implicado el ultranacionalista Partido de la Libertad de Austria.
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