Los organizadores, entre los que se encontraban colectivos por los derechos femeninos y el grupo Lambda Warszawa, exigieron al gobierno el asilo para los inmigrantes afganos, sirios, iraquíes y de otros países atrapados en la frontera.
Igualmente, exhortaron al ejecutivo del primer ministro Mateusz Morawiecki a cesar las torturas en la zona fronteriza, pues algunas asociaciones de derechos humanos denunciaron la muerte de al menos seis personas en las pasadas semanas a manos de guardias fronterizos y militares polacos.
Peligra la vida de otros cientos de personas que buscan cruzar los bosques fronterizos. Entre ellos se encuentran niños pequeños, expresaron los organizadores en un comunicado.
También los manifestantes denunciaron que la guardia fronteriza en violación de principios internacionales de asistencia humanitaria niega la asistencia médica a los migrantes, a los que le impide la solicitud de asilo y los devuelven a territorio belaruso.
Varios de los convocados, frente al parlamento, enarbolaron carteles y coreaban consignas como Vergüenza, No a las torturas en la frontera y Somos un país humanista.
En tanto, el gobierno defendió la construcción de vallas, incluidas alambradas para detener el flujo de migración.
El ministro de Defensa Mariusz Blaszczak defendió hoy en Twitter que de no ser por las barreras físicas se habría llegado a la situación de crisis migratoria vivida en 2015.
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