De acuerdo con el partido Comunes, Garzón Manrique se encontraba actualmente realizando su proceso de reincorporación y fue asesinado mientras estaba reunido con un grupo de personas en un establecimiento público en la localidad citada.
Con él, suman 41 exguerrilleros de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), asesinados solo en 2021, y 289 desde la firma del Acuerdo de Paz, en 2016, a la fecha, señaló por su parte el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz.
La Defensoría del Pueblo de Colombia emitió una alerta temprana en la cual señala un control territorial más notorio de los actores armados, debido a la pandemia por Covid-19.
Entre las acciones en aumento se encuentran las amenazas, asesinatos, desplazamientos, reclutamientos y confinamientos, alertó.
La semana pasada, en la presentación de su informe trimestral ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el jefe de la Misión de Verificación de la ONU para el Acuerdo de Paz, Carlos Ruiz Massieu, alertó sobre el aumento de excombatientes de las
FARC-EP asesinados luego de la firma del proceso de paz de La Habana.
‘Las comunidades afectadas por el conflicto, los excombatientes y los líderes sociales siguen soportando el peso de las acciones de los actores armados ilegales que se aprovechan de la escasa presencia del Estado, la pobreza y las economías ilícitas’, señaló.
En tal sentido, manifestó su preocupación por el incremento de la violencia en las zonas de especial importancia para la implementación del Acuerdo de Paz.
Ruiz Massieu hizo un llamado al gobierno de Iván Duque para implementarlo equilibradamente.
‘Su implementación aislada sería insuficiente para desactivar los factores que sustentaron décadas de conflicto armado y para lograr el potencial transformador del acuerdo’, enfatizó el representante de la ONU.
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