Más de 15 millones de personas serán convocadas a las urnas el próximo 21 de noviembre para elegir al presidente, así como a diputados, senadores y consejeros regionales.
Hasta ahora la casi totalidad de los sondeos ubican en primer lugar al aspirante de la coalición de izquierda Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, un joven diputado de 35 años que alcanzó notoriedad en los movimientos estudiantiles de 2011.
Pero una reciente medición de la empresa chilena de investigación de mercado Cadem también refleja un avance del aspirante de la extrema derecha, José Antonio Kast, del Partido Republicano, quien en las últimas semanas pasó del cuarto al primer lugar, en empate técnico con Boric. Si bien las encuestadoras erraron en los últimos comicios, los analistas no descartan una posible segunda vuelta el 19 de diciembre entre Boric y Kast, defensores de dos modelos totalmente contrapuestos.
Identificado como el Bolsonaro chileno, Kast ha recibido numerosas críticas por su intención de retirar a Chile del Consejo de Derechos Humanos de la ONU o construir una zanja en la frontera para impedir el paso a los migrantes.
‘Lo peor que le puede pasar a Chile es que el líder del Partido Republicano pase a segunda vuelta’, dijo el también aspirante presidencial Marco Enríquez-Ominami, del Partido Progresista (PRO).
Ominami consideró el programa de Kast como un peligro para la gran mayoría de los ciudadanos que votaron por una nueva constitución en reemplazo de la vigente desde la época de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
En la disputa por la presidencia chilena participan, además, Yasna Provoste, del Nuevo Pacto Social; Sebastián Sichel, de la alianza oficialista Chile Podemos Más; Eduardo Artés, de Unión Patriótica, y el economista Franco Parisi, del Partido de la Gente.
La campaña electoral transcurre en un contexto complejo, marcado por el escándalo de los Papeles de Pandora que involucran al presidente chileno, Sebastián Piñera, en la venta parcial del proyecto minero Dominga en el paraíso fiscal de Islas Vírgenes Británicas.
Piñera está imputado por la Fiscalía por delitos tributarios, de cohecho y soborno y además enfrenta una acusación constitucional (juicio político) ante el Congreso Nacional, que –de prosperar- podría apartarlo del cargo antes de terminar su período en marzo de 2022.
rgh/car