Elbé sustituyó en el cargo a León Charles, que bajo su mando permitió un magnicidio, no pudo detener a las pandillas y se fortaleció la facción policial Fantom 509, un grupo acusado de atacar instituciones públicas y de cometer la masacre de junio último en la cual murieron una veintena de personas.
Según el nuevo director policial, sus prioridades son la lucha contra el bandidaje, el desmantelamiento de las bandas y el combate del tráfico ilícito de armas.
El primer ministro, Ariel Henry, reconoció que el país vive un ciclo de violencia y pidió a Elbé restablecer el orden y mejorar la situación.
‘Nuestro objetivo es celebrar elecciones, pero para celebrarlas se necesita seguridad. Es hora de trabajar’, dijo Henry, quien aún no se pronunció públicamente sobre el reciente secuestro de los misioneros de Estados Unidos y Canadá.
Elbé asume en medio de una inseguridad generalizada, con casi 800 secuestros registrados en lo que va de año, más de un centenar de muertes en junio por el enfrentamiento entre las pandillas, y unos 19 mil desplazados internos por la violencia de las bandas.
También en medio de incipientes movimientos de protesta que reclaman al Gobierno restablecer el clima de paz.
La víspera, los conductores de motocicletas salieron a las calles, erigieron barricadas y cortaron el tráfico para exigir que reabrieran las gasolineras en medio de un insistente racionamiento de combustible que se extiende desde junio.
La crisis se agudiza con el llamado a huelga de los conductores de productos petrolíferos en protesta contra el secuestro de algunos de sus miembros.
Por su parte, varias organizaciones sindicales anunciaron para el lunes próximo la Operasyon fèmen peyi (Operación país cerrado) para denunciar la inseguridad, escasez de combustible y exigirle a Henry que asuma sus responsabilidades.
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