Elaborado por el Fórum Brasileño de Seguridad Pública y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el informe señala que los pequeños de raza negra son la mayoría de las víctimas en todos los grupos de edad.
A medida que la edad avanza, la prevalencia del grupo de intensifica. De entre los jóvenes de 15 a 19 años, víctimas de la violencia, el 90 por ciento era del género masculino y el 80 negro.
La pesquisa precisa que en casi el 90 por ciento de los casos de muertes violentas de chiquillos de cero a cuatro años, el autor es alguien conocido por la víctima.
‘Es aterrador. Muy pocos países del mundo tienen más de siete mil muertes infantiles al año. Es un volumen muy alto’, afirmó Danilo Moura, oficial de seguimiento y evaluación de la Unicef en el gigante suramericano.
Alertó que ‘América Latina tiene el ocho por ciento de la población mundial y casi la mitad de los homicidios de niños, la mayoría de los cuales se cometen en Brasil. Los niveles de violencia son muy alarmantes’.
El Panorama de la Violencia Letal y Sexual contra Niños y Adolescentes realizó un análisis inédito de los informes policiales de las 27 unidades de la federación, el primero con serie histórica y, por lo tanto, comparativo entre años.
Las muertes violentas intencionales o asesinatos incluyen los siguientes delitos: homicidio intencional, feminicidio, robo, lesiones físicas seguidas de muerte y muertes resultantes de la intervención policial (en servicio o fuera de servicio).
Brasil registró 50 mil muertes violentas en 2020, un aumento del cinco por ciento en plena pandemia de Covid-19 tras dos años de descenso, según el Anuario de la Seguridad Pública.
La entidad apuntó en julio que el país duplicó el número de armas en manos de civiles en solo tres años.
En 2017, según la Policía Federal, el Sistema Nacional de Armas contabilizó 637 mil 972 registros de artefactos bélicos activos. A finales de 2020, el guarismo se elevó a un millón 279 mil 491, una escalada de más del ciento por ciento.
Flexibilizar el uso y la compra de armas fue una de las principales promesas de campaña del presidente Jair Bolsonaro en 2018 y una de las causas que defiende durante sus más de mil días de mandato.
En ese periodo, el exmilitar firmó más de 30 decretos y leyes para flexibilizar el acceso a los artilugios de guerra, algunos obstaculizados por el Congreso.
Para analistas, los irracionales decretos de Bolsonaro contribuirán a la creciente suma de más pérdidas de vida por aparatos de fuego en Brasil, donde casi 12 millones de personas viven en las favelas, manchadas de sangre y pólvora por bandas delincuenciales.
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