Canadá forma parte del Grupo Básico (Core Group) que tiene su sede en Washington y está integrado por Estados Unidos, Francia, Brasil, España, Alemania, la Unión Europea, la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA).
Cada mes, sus miembros discuten cómo reforzar continuamente el dominio sobre 12 millones de negros haitianos y, aunque esta alianza es marcadamente racista, pocos activistas apenas conocen de ella, alertó Engler.
Según la politóloga haitiana Madame Boukman, ‘son un conglomerado de carniceros totalmente blancos que buscan asegurarse de que el exterminio de los negros va bien’.
El Grupo Central supervisa impertérrito el debilitamiento del panorama político haitiano, como puso de manifiesto el secuestro el pasado sábado de 16 misioneros cristianos estadounidenses y uno canadiense.
Se creó un revuelo tremendo en torno a los rehenes blancos, pero poco se habló cuando, cinco días antes, 100 haitianos fueron secuestrados en el barrio de Martissant, en Puerto Príncipe, comentó el activista político.
El 7 de julio de este año, fue asesinado en su propia casa el presidente Jovenel Moise con la complicidad de miembros de su gobierno. Casi cuatro meses después poco se habla del magnicidio, ni del rol que jugó el grupo en ese suceso violento.
Pero no es la primera vez que las grandes potencias se unen para decidir sobre el curso de la vida en el país de La Española.
Este grupo, que surgió en el 2004, tiene un rol primordial en el curso político del país caribeño desde que las tropas estadounidenses, francesas y canadienses derrocaron al gobierno socialdemócrata elegido por el pueblo en el 2000 e instigaron la ocupación de la ONU.
En ‘Reconstruir Haití: entre la esperanza y el tridente imperial’, el ex representante especial de la OEA en la nación caribeña, Ricardo Seitenfus, detalló el papel del Grupo en el ‘golpe electoral’ que derrocó años más tarde, en 2010m al entonces presidente René Prevál.
‘El movimiento decidió quién sería el próximo presidente de Haití incluso antes de que se celebraran las elecciones en noviembre de 2010’, aclaró Seitenfus.
La expulsión de Prevál del país ocurrió días después de la primera ronda de elecciones, algo que las potencias extranjeras presionaron a pesar del devastador terremoto de enero de 2010 y el terrible brote de cólera que le siguió.
Años más tarde, en 2017, el Core Group apoyó el ascenso de Moise y durante las primeras protestas contra su gestión, también le ofrecieron respaldo.
En ese momento, culparon a los manifestantes de que la policía entrenada y financiada por Canadá les disparara, resaltó Engler.
Después de que Moïse fuera asesinado en julio, el Core Group respaldó el reemplazo del país a través de un comunicado de prensa.
‘El objetivo principal del Grupo Central es mantener a Haití en el fondo del orden global pues, en términos económicos, es un centro de explotación con salarios muy bajos, una especie de ‘ejército de reserva de mano de obra’ para los capitalistas norteamericanos’, dijo el activista.
De acuerdo con Engler, no hay ninguna justificación para que Canadá participe en esta alianza descaradamente imperialista.
Todos los canadienses con conciencia tienen una deuda de solidaridad con el pueblo de Haití, por lo que debemos exigir a Ottawa que se retire de ese movimiento, concluyó.
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