La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) precisó en un comunicado que la situación constituye ‘una de las mayores crisis humanitarias del mundo’.
Después de más de seis años de un conflicto devastador e implacable, esa nación árabe tiene la cuarta población de desplazados internos más grande del mundo con unos cuatro millones de personas, subrayó.
El texto afirma que los ‘enfrentamientos continúan deteriorando el espacio de protección de los civiles y obligan a miles de familias a buscar refugio en otros lugares’.
Hay más de 50 líneas de frente activas en todo el territorio nacional, lo cual obligó a más de 67 mil personas a desplazarse este año, en especial en la central gobernación de Marib, epicentro de violentos choques, resaltó.
La Acnur destacó que la economía yemenita se derrumbó al igual que la moneda nacional, una situación que afecta negativamente al poder adquisitivo.
Se estima que el 80 por ciento de la población total vive por debajo del umbral de pobreza, y los datos de seguridad alimentaria revelan que cinco millones de personas estaban al borde de la hambruna a principios de este año, indicó.
Las hostilidades estallaron en 2014 cuando la milicia huti lanzó una ofensiva desde el norte y ocupó la capital Saná y amplias zonas del país.
Un año después Arabia Saudita y otros aliados árabes intervinieron en la guerra en respaldo del Gobierno del presidente Abd Rabbu Mansour Hadi, cuyas fuerzas recuperaron algunas áreas.
El primer ministro Maeen Abdulmalek Saeed reiteró días atrás la disposición del Ejecutivo de impulsar el diálogo para buscar una solución negociada al conflicto, al tiempo que acusó a los hutíes de intensificar la guerra con su ofensiva contra Marib.
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