Durante un foro denominado El Acuerdo de Paz como herramienta de acceso a derechos celebrado en el contexto del quinto aniversario de este pacto que puso fin al conflicto armado, representantes del sector campesino de varias zonas del país expusieron cuánto falta aún por hacer su integral aplicación.
‘Dentro de los avances está el reconocimiento del campesinado como actor político, sin embargo, son muy pocos los avances que logramos identificar quienes habitamos este territorio’, expuso Juan Sebastián Muñoz de la Coordinadora Departamental de Organizaciones Sociales, Ambientales y Campesinas del Caquetá.
Sin embargo, aseguró que a los campesinos no se les ha cumplido lo pactado en lo que respecta a la sustitución (de cultivos considerado ilícitos).
Quienes se han acogido al Acuerdo tienen un descontento porque no tienen cómo vivir dignamente y han caído en la necesidad de volver a sembrar para poder garantizar el alimento de la familia, añadió.
En tanto, Camilo Pinilla aseguró que las políticas ambientales del gobierno nacional han estigmatizado al campesinado y lo hacen ver como un enemigo de la naturaleza y no atacan a quienes verdaderamente han deforestado y explotado nuestra tierra.
‘¿Qué ha hecho el campesino en la zona de reserva campesina? Salvaguardar su vida. Los deforestadores no somos nosotros, son los que autorizan para la explotación de tierras. El único responsable de este colapso es el gobierno nacional’, señaló por su parte, Aristides, líder campesino de Cartagena del Chairá.
De acuerdo con el colectivo de izquierda, este es el primer foro de varios previstos en el programa de actividades para conmemorar la histórica fecha.
El evento tuvo lugar en el municipio de Paujil, departamento del Caquetá, con la participación de Naciones Unidas, representantes de universidades colombianas, de la comunidad internacional, organizaciones sociales, regionales, y la gobernación departamental.
Luego de cuatro años de negociaciones y diálogos, el Estado colombiano encabezado por el expresidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), firmaron del Acuerdo para la Terminación Definitiva del Conflicto en Bogotá el 24 de noviembre de 2016.
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