Htein, de 79 años, fue sentenciado por cargos de alta traición, según confirmaron sus familiares.
No es una sorpresa, pero es algo triste e indignante escuchar sobre la ridícula sentencia. Los perpetradores de esta injusticia serán detenidos, declaró su hija, Chit Suu Win Htein.
Luego de este veredicto, se espera uno mucho mayor contra la ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1991, arrestada junto a su colaborador a raíz del Golpe de Estado del 1 de febrero.
Entre otros cargos, Suu Kyi está acusada de romper los protocolos del coronavirus, poseer ilegalmente radios de dos vías, aceptar sobornos en efectivo y oro, incitar a causar alarma pública y violar la Ley de Secretos Oficiales.
El ejército defiende que tomó el poder porque las elecciones del año pasado ganadas por el partido de Suu Kyi fueron defectuosas, afirmación que la Comisión Electoral Nacional desestimó.
Desde entonces la nación asiática vive en el caos, y la junta ha reprimido violentamente las manifestaciones callejeras, además de enfrentar resistencia armada en el interior del país.
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