Los disturbios se registraron ayer en el segundo día de una huelga general de las provincias de Lucanas, Parinacochas y Páucar del Sara Sara, en la región centroandina de Ayacucho, contra la actividad minera en las cabeceras de cuenca que surten de agua a sus territorios.
La protesta rebasó a la Policía y los manifestantes penetraron en el campamento y la instalaciones de la mina Apumayo y lo incendiaron junto a la maquinaria pesada que allí había, según reportes radiales de la zona.
Además, la mina Breapampa se mantiene bajo asedio de pobladores de su entorno y las tres provincias exigen el retiro de las empresas mineras SAMI SAC, Ares SAC y Hochschild Mining, a las que acusan de contaminar el agua que consumen los pueblos.
Aseguran que a consecuencia de la contaminación están muriendo el ganado y los peces de la zona.
En la norteña región de Áncash, manifestantes reclaman a la empresa minera Antamina, entre otros puntos, compensaciones por el uso de sus tierras para el tránsito de mineral que producen.
Representantes de varios sectores de la población ocuparon las oficinas de la compañía en el muelle de embarque que esta tiene en el puerto de Huarmey.
La primera ministra Mirtha Vásquez logró apaciguar las protestas contra la empresa minera MMG en la región surandina de Apurímac y de cultivadores de hoja de coca de la surandina de Puno, que levantaron los bloqueos de carreteras a cambio del inicio de negociaciones sobre sus exigencias.
El Observatorio de Conflictos Sociales de Perú registró en septiembre pasado 198 conflictos, en su mayoría denominados socioambientales y vinculados a actividades extractivas como las mineras y petroleras.
El analista José de Echavez afirmó que la mayoría de las protestas se registran en regiones donde ganó con amplia mayoría las elecciones de abril pasado el presidente Pedro Castillo, y dedujo que la causa de las manifestaciones apunta hacia las expectativas que generó su elección y mensaje de justicia social.
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