Varios de los ataques están dirigidos a desacreditar a los candidatos presidenciales de la oposición y también a la Asamblea Constituyente, encargada de redactar una carta magna en sustitución de la vigente desde la época de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
De acuerdo con el sociólogo y diputado por el partido Revolución Democrática, Miguel Crispi, estas fake news instaladas por la ultraderecha en las redes sociales siguen el manual de campañas como las del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y el exmandatario estadounidense Donald Trump, que buscan crear el terror y el miedo.
En su cuenta en Twitter Crispi citó como ejemplos el intento de dañar la imagen del aspirante al Palacio de La Moneda por la coalición de izquierda Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, uno de los favoritos según las encuestas.
También denuncia las noticias falsas sobre la supuesta intención de la Convención Constitucional de cambiar la bandera, el himno nacional y el nombre del país.
Un estudio de la Universidad Católica de Valparaíso reveló la existencia de miles de cuentas que con regularidad se expresan de manera negativa sobre esa instancia y en particular contra su presidenta, Elisa Loncon, tanto por su condición de mujer como por ser mapuche. A lo anterior se suman las declaraciones de varios ministros que responsabilizan a Boric y a la candidata de la coalición de centroizquierda Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste, con actos violentos durante el segundo aniversario del estallido social, cuando en realidad el gobierno es el encargado del orden público.
Tratar de asignar la violencia a un sector político es intervencionismo, declaró al diario digital El Mostrador el experto en comunicación Cristián Leporati.
Las falsas noticias y acusaciones sin fundamento también proliferan en los debates presidenciales transmitidos por la televisión y la radio.
Recientemente el candidato de izquierda Gabriel Boric propuso a la Asociación Nacional de Televisión chilena implementar un sistema contra las fake news.
Boric insistió en la necesidad de que el intercambio de ideas sea honesto y se den a conocer a la ciudadanía datos reales que contribuyan a informar y no lo contrario.
El objetivo –dijo- es “acabar con esta manera tramposa y deshonesta de hacer política, que sólo perjudica a la ciudadanía, al distorsionar una conversación tan necesaria para el futuro de nuestro país”.
El último debate entre los siete candidatos al Palacio de La Moneda tendrá lugar el próximo 15 de noviembre, seis días antes de los comicios.
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