Rubricada por los presidentes de Costa Rica, Carlos Alvarado; de Ecuador, Guillermo Lasso; de Colombia, Iván Duque; y de Panamá, Laurentino Cortizo, la declaración fue considerada por estos mandatarios como un hito en el desarrollo de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que se efectúa en esta ciudad escocesa.
Los cuatro países se comprometieron a realizar diferentes esfuerzos nacionales y regionales en estas islas y los corredores que las conectan, entre ellos efectuar un proceso que concluiría con la creación de una Reserva de la Biósfera Marina entre las islas.
El presidente tico sostuvo que desde América Latina, cuatro países nos hemos hermanado todavía más para lanzar un claro mensaje al mundo de que debemos avanzar con acciones para proteger a nuestro planeta y, en este caso, a los océanos.
Tras señalar que la protección de la naturaleza es un paso fundamental para hacerle frente al cambio climático, Alvarado calificó de vital contar con océanos saludables para poder proteger a cientos de especies marinas que son importantes para los ecosistemas y para las personas de la región.
Resaltó que no están conservando un ecosistema cualquiera, sino unos tan valiosos como los de Galápagos, Isla del Coco y sus alrededores, que -opinó- son de los más importantes del mundo.
Por su parte, Lasso refirió que la COP26 se justifica por este acto tan importante, en el cual -precisó- han trabajado tanto los ministros de Ambiente y los cancilleres de las cuatro naciones firmantes.
Durante la rubricada, revelaron que diversos estudios científicos demuestran que el Parque Nacional Isla del Coco y el Área Marina de Manejo Montes Submarinos, en Costa Rica; la Reserva Marina de Galápagos, en Ecuador; el Santuario de Fauna y Flora de Malpelo, en Colombia, y el Parque Nacional Coiba y el Área de Recursos Manejados Cordillera Coiba, en Panamá, constituyen un ecosistema único interconectado.
Las aguas entre estas islas funcionan como corredores biológicos por donde transitan tiburones, atunes, tortugas, rayas, ballenas y muchas otras especies marinas migratorias, refirieron y añadieron que estas llamadas “migra-vías” conectan las islas y proveen enormes servicios a los ecosistemas y las comunidades de la región.
Con la firma de la declaración, adelantaron, los cuatro países aceptaron comenzar un proceso de diálogo para la consecución de estos fines y salvaguardar el patrimonio oceánico de la humanidad.
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