El comunicado sucede a una denuncia gubernamental tras la supuesta entrada al país de un «grupo de hombres uniformados y armados no identificados».
En tanto el presidente belaruso, Alexander Lukashenko, consideró que Polonia usa como pretexto la inmigración ilegal para emplazar a sus efectivos más cerca de las zonas limítrofes.
Esas lindes son también fronteras del Estado de la Unión entre Rusia y Belarús, agregó.
Aquí vamos a responder con dureza, subrayó Lukashneko ante lo que consideró como una provocación desde Varsovia, según reportó la agencia de noticias Sputnik.
De su lado Piotr Wawrzyk, viceministro de Relaciones Exteriores, transmitió a la parte belarusa su “firme protesta” por lo que consideró como una violación de la frontera y pidió investigar el incidente.
El portavoz del Ministerio de Servicios Especiales de esta nación, Stanislaw Zaryn, describió en Twitter el encuentro entre tres hombres equipados con «armas largas» y una patrulla polaca, que se saldó con el retorno de los presuntos ilegales a su país de origen.
La tensión va en aumento tras el anuncio hoy por parte de Polonia de la construcción de un dispositivo centinela en la frontera común y el llamado gubernamental a una reforma a la ley de extranjería que permitiría aquí expulsiones inmediatas de migrantes.
Esta última acción daría curso legal a la devolución de los indocumentados sin tener en cuenta ni siquiera sus peticiones de asilo, acción condenada por la comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos.
Una ley aprobada la víspera por el presidente Andrzej Duda valida la construcción de un muro de tres metros de altura y un sistema de vigilancia electrónica en la zona limítrofe cuya función sería “enviar un mensaje al mundo de que la frontera polaca es segura”, según el viceministro de Defensa, Marcin Ociepa.
El gobierno de Duda recibió acusaciones, incluso desde la Unión Europea, por expulsar ilegalmente a migrantes, mientras un reportaje de la cadena nacional TVN24 mostró cómo miembros de la Guardia Fronteriza interceptaban a un grupo de indocumentados.
En ese contexto 183 municipios polacos colindantes con Belarús están en estado de emergencia desde el pasado 2 de septiembre, acción condenada por el presidente Lukashenko.
Mientras, medios de prensa polacos dieron cuenta días atrás del envío de dos mil 500 soldados y carros de combate Leopard, de fabricación alemana, a la zona limítrofe bajo el pretexto de «ayudar a los guardias a proteger la zona de los inmigrantes ilegales».
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