La corte de esa localidad del estado federado de Renania del Norte-Westfalia consideró demostrado que la acusada ultimó a los infantes de entre uno y ocho años tras suministrarles sedantes.
Debido a la gravedad de los hechos que conmocionaron al país, la sentencia excluyó la posibilidad de libertad tras 15 años como ocurre en otros casos de prisión perpetua.
Tras cometer el crimen la homicida intentó quitarse la vida arrojándose a las vías del tren y conminó a hacerlo también a su hijo mayor, de 11 años, que resultó ileso, según las investigaciones.
Los infantes eran hijos de tres padres diferentes cuya relación con lo hechos fue desestimada por las autoridades.
El movil para cometer semejante crimen fue la infidelidad de su último esposo quien recibió un mensaje de su victimaria advirtiéndole que no volvería a ver a sus hijos.
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