En la recta final de unos comicios marcados por encontronazos verbales y tirantes entre candidatos y varias coaliciones, finalmente el próximo 14 de noviembre unos 34 millones de electores podrán ir a las urnas para definir 127 de los 257 puestos de la Cámara de Diputados, y 24 de los 72 escaños en el Senado.
La tensión se siente con más fuerza en los canales televisivos, mientras que los argentinos miran expectantes y cruzan dedos porque pase esta temporada pues, cada vez que llega, la economía se tambalea, trastoca todo y “pone a bailar” al dólar, hundiendo al ya devaluado peso.
Además de ese problema, acentuado antes de la Covid-19, la situación sanitaria y la seguridad son las mayores preocupaciones de una nación ávida de propuestas concretas y de diputados y senadores que luchen en el Congreso por mejorar la vida de todos.
Tras el traspié electoral sufrido en las Primarias, los candidatos del Frente de Todos, que llevó al Gobierno a Alberto y Cristina Fernández, han salido en pleno a la calle para hablar con la gente y mostrar sus iniciativas y lo avanzado en esta etapa, pese a la pandemia.
El presidente Fernández también se ha lanzado de lleno en la campaña, con visitas sorpresivas a varios barrios para escuchar a los vecinos y tomar nota de sus inquietudes.
“Les pido, vayamos con todas las fuerzas. No le podemos fallar a Néstor Kirchner, tenemos que convencer a cada argentino porque ese país que él propuso todavía está pendiente”, resaltó el mandatario el pasado 27 de octubre.
Aunque muchas son las coaliciones en lucha por un asiento en el Congreso, en estas elecciones hay dos claros partidos con más peso: Frente de Todos y Juntos por el Cambio, que salió fortalecido en las Primarias al vencer en 16 de 24 distritos.
Mientras las encuestas van y vienen, con ventajas para la oposición,desde el Gobierno no se amilanan, saben que está en juego su mayoría en el Senado y trabajan sin perder el norte en aquello que prometieron: primero los últimos para llegar a todos.
mem/may
(Tomado de Orbe)