De acuerdo con la Organización No Gubernamental, un análisis de la lista de delegados publicada por Naciones Unidas muestra que el número de personas vinculadas a las compañías petroleras, gasíferas y del carbón supera por más de dos docenas a la delegación nacional más grande que asiste al evento.
El grupo de cabilderos en la COP26 es incluso mayor que la suma de todos los delegados procedentes de los ocho países más afectados por el cambio climático en la última década (Bahamas, Bangladesh, Filipinas, Haití, Mozambique, Myanmar, Pakistán y Puerto Rico), aseguró Global Witness en un comunicado.
El texto afirma además que 27 naciones, entre ellas Brasil, Canadá y Rusia, incluyeron en sus delegaciones oficiales a representantes de corporaciones de la industria de los combustibles fósiles.
La presencia de cientos de personas a las que se les paga para promover los intereses tóxicos de las empresas contaminadoras solo aumentará el escepticismo de los activistas climáticos que ven estas negociaciones como una prueba más de que a los líderes mundiales solo pretenden demorar las acciones, señaló Murray Worthy, uno de los miembros de la ONG.
Pascoe Sabido, investigador y activista del Observatorio Europeo para las Corporaciones, apuntó, por su parte que la COP26 de Glasgow está siendo presentada como un evento para elevar las expectativas de la lucha contra el cambio climático, pero en realidad está lleno de cabilderos de la industria de los combustibles fósiles cuya única ambición es seguir haciendo negocios.
Si en verdad nos tomamos en serio lo de aumentar las expectativas, entonces ellos no deberían estar en las negociaciones, agregó.
La denuncia de Global Witness llega en que muchos ya dan por sentado el fracaso de la COP26, que es vista como la última oportunidad que tienen los gobiernos para implementar medidas dirigidas a limitar a 1,5 grados Celsius la temperatura del planeta, reducir a cero las emisiones de carbono, y garantizar fondos que ayuden a los países pobres a enfrentar y mitigar los efectos del cambio climático.
Aunque la primera semana de la cumbre climática se anunciaron compromisos para dejar atrás el uso del carbón como fuente de energía, reducir las emisiones de metano, detener la deforestación y grandes proyectos de financiamiento público y privado, la joven activista sueca Greta Thunberg la calificó como un evento diseñado para lavar la imagen de las grandes corporaciones.
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