La televisora Al Ahrar mostró imágenes de Saif en una instalación de la Alta Comisión Electoral ubicada en la sureña ciudad de Sabha, donde firmó los documentos necesarios para la inscripción.
En una entrevista en julio último al diario estadounidense The New York Times, defendió la obra de su padre y dejó entrever sus aspiraciones a la máxima magistratura.
“Es hora de regresar al pasado. El país está de rodillas. No hay dinero, no hay seguridad, no hay vida aquí”, afirmó entonces Saif, de 49 años, quien estuvo preso durante varios años tras el derrocamiento y asesinato de su progenitor hace una década.
En los próximos días se espera el anuncio de las candidaturas de varias figuras clave en el panorama nacional, entre ellos el mariscal Jalifa Haftar, el primer ministro interino Abdul Hamid Dbeiba y el titular del parlamento Aqila Saleh.
Hasta la fecha los exembajadores Ibrahim Dabbash, Aref Al Nayed y Abdel Majid Ghaith Saif Al Nasr anunciaron sus planes para ocupar la jefatura de Estado, al igual que el comediante Hatem Al Kour.
También los exministros de Relaciones Exteriores Abdulhadi Al Hawaij, de Industria Fathi bin Shatwan y del Interior Fathi Bashagha, así como el extitular del Consejo Presidencial Ahmed Maiteeq intentarán ser elegidos.
Esta nación vive una espiral de violencia desde el derrocamiento de al Gadafi en 2011, luego de una guerra apoyada por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, entre ellos Estados Unidos, Francia y Reino Unido.
Bajo el auspicio de la ONU, 75 delegados libios en representación de diversas facciones y territorios, eligieron en febrero último un Gobierno de transición, encargado de dirigir al país hasta la celebración de los comicios de diciembre.
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