Testigos presenciales señalan que el contingente está diezmado porque más de mil 500 de sus integrantes originales han aceptado las tarjetas otorgadas por el gobierno que les da estatuto legal para conseguir trabajo y radicarse en el país hasta regularizar su situación migratoria.
Una cantidad similar, la cuál se aferra en llegar a la frontera a sabiendas de que tienen grandes posibilidades de no ingresar a territorio estadounidense, sigue con la esperanza de que el gobierno de Joe Biden rectifique y finalmente abra el paso como prometió en su campaña electoral.
Esto último parece muy remoto según muchos observadores, pues el mandatario prefiere optar por planes que descarten masivos ingresos de personas indocumentadas, y se acerca más a las propuestas de México de atacar la migración en sus causas sociales con el desarrollo de planes de bienestar en países emisores. Los migrantes están en precario estado, pues al cansancio, la fatiga, la falta de dinero y de condiciones incluso para alimentarse y asearse, se une ahora una ola de intenso frío que ha llegado al centro y sur de México con temperaturas de hasta cero grados centígrados.
Según los reportes, la gente dejó el estado de Oaxaca, pasaron la noche con mucho frío en las comunidades de San Martín y Palo Dulce y fueron acompañados por la Guardia Nacional al centro del municipio de Jesús Carranza donde buscaron albergue para pernoctar y procurar alimentos.
La caravana llegó a congregar a cinco mil migrantes de unos 10 países, pero ahora nadie acierta a decir cuántos persisten en la idea inicial pues como están dispersos es más difícil controlarlos y hacer cálculos, aunque parece que ya no pasan de mil 500.
Incluso el avance hacia el norte es incierto, pues según medios de prensa están desconcertados y no han concretado cuándo ni cómo proseguirán su camino hacia la Sayula de Alemán.
Autoridades estatales les ofrecen apoyo médico a los migrantes, mientras que el Instituto Nacional de Migración les reiteró su propuesta de visas humanitarias para que permanezcan en México y renuncien a ir a Estados Unidos.
Al grupo, que incluye hombres, mujeres y niños, se les ha prohibido subir en transportes de carga para preservar su integridad física. Veracruz es el tercer estado que pisan desde su salida el pasado 23 de octubre de la ciudad de Tapachula, fronteriza con Guatemala, estado de Chiapas, y por Oaxaca.
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