La población negra es la más numerosa del país, pues representa el 56 por ciento de los cerca de 213 millones de habitantes, pero también es la más victimizada.
El estudio Violencia armada y racismo: el papel del arma de fuego en la desigualdad racial muestra que, de los 30 mil asesinatos por asalto en 2019, el 78 por ciento fueron contra personas negras, en su casi totalidad del sexo masculino.
La encuesta revela que los hombres negros son los más afectados frente al 19 por ciento de los no negros, mientras las mujeres negras representan el 4,0 por ciento y las no 2,0.
Adolescentes y jóvenes negros de entre 15 y 29 años aparecen entre los más vulnerables a la violencia armada, representando el 61 por ciento de las muertes, frente al 51 de los no negros.
El número de vidas perdidas entre niños y adolescentes negros de entre 10 y 14 años es el doble que, entre los no negros, el 61 y 31 por ciento, respectivamente.
Si se observa la mortalidad por cada 100 mil habitantes en este grupo de edad, la tasa entre los negros es 3,6 veces mayor que entre los no negros.
La baja escolaridad es uno de los factores que más evidencia la aniquilación relacionada con las armas de fuego entre la población negra.
Entre los jóvenes de entre 15 y 19 años, el 65 por ciento de los negros fueron víctimas y el 52 de los no negros, y tenían hasta siete años de experiencia en las aulas.
La misma tasa de escolaridad se registró entre el 59 por ciento de los negros asesinados y un 45 de los no entre jóvenes de 20 a 29 años.
En la región del noreste la población negra fue cuatro veces más víctima de las armas que la no negra en 2019. Entre 100 mil habitantes, un 30,1 por ciento de los asesinados eran negros y un 7,9 no.
Los espacios públicos, como calles y carreteras, son los principales lugares en los cuales ocurren las muertes por arma de fuego para la población negra, con el 54 por ciento en 2019, tras alcanzar un máximo del 57 en 2018, frente al 48 y 50 de las personas no negras, respectivamente.
Según la televisora CNN Brasil, el color de la piel resalta el riesgo y aumenta la proporcionalidad de la letalidad en el gigante suramericano.
mgt/ocs