El CIEP-UCR entrevistó a 900 personas mayores de edad entre el 17 y 19 de este mes, con un margen de error de +/- tres por ciento, y el porcentaje que califica de manera negativa la labor de Alvarado es 14 puntos más alta que en agosto pasado, cuando realizaron la consulta anterior.
Por el contrario, sólo un 12 por ciento respalda el trabajo del mandatario tico, ocho puntos porcentuales menos que hace tres meses.
Los investigadores del CIEP-UCR indican que esas cifras comprueban que fue efímero y puntual el apoyo popular recibido por el Gobierno durante el momento de más preocupación por la pandemia de Covid-19, en abril de 2020.
Las calificaciones retornan a los rangos previos a la llegada de la Covid-19, de rechazo a un gobierno que ni siquiera en sus primeros días había gozado de popularidad, señalan.
Para los investigadores el aumento en la percepción negativa de la gestión del presidente y del gobierno en general podría estar asociada al período electoral en desarrollo, ya que los comicios generales serán en febrero de 2022.
«Las campañas políticas de los diferentes partidos inscritos que tienden a dominar en los medios de comunicación suelen concentrarse en el cuestionamiento del oficialismo y en hacer hincapié sobre los problemas del país y de gestión pública que se deben atender o solventar para los próximos cuatro años de gobierno», opinan.
Asimismo, el Gobierno de Alvarado recibe la peor nota desde 2013 cuando el CIEP-UCR inició la medición de la percepción popular, pues el 71 por ciento de los entrevistados desaprobó el trabajo del Ejecutivo tico, a cinco meses y medio de concluir su mandato.
Ello constituyó un incremento de 10 puntos porcentuales en comparación con agosto pasado, momento que mostraba el escaso apoyo popular a la Administración Alvarado, con la peor calificación desde abril de 2013, cuando la presidenta era Laura Chinchilla (2010-2014) y el CIEP-UCR comenzó la serie de estudios de opinión.
De ahí que el Gobierno recibe un 13 por ciento de respaldo popular, cuatro puntos menos que en agosto, en un ambiente de mejoría de indicadores económicos después de la contracción de 2020 y también de severos impactos en sectores que aún no ven la luz.
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