“Para nada sorprendió”, resultaron las primeras palabras del titular de la Federación Cubana, Rafael Manso, al valorar el desempeño juvenil de sus seis discípulos, dueños sobre el tatamis del Coliseo Yuri Alvear de dos medallas de oro, igual número de plata y de bronce.
En diálogo exclusivo con Prensa Latina, el también comisionado nacional regaló el triunfo de sus atletas al pueblo, al tiempo que realzó la labor de judocas y entrenadores para superar adversidades en medio del impacto de la Covid-19.
Manso significó el fruto constante en las categorías superiores de las selecciones antillanas y preponderó a los campeones Thalía Nariño (+78 kg) y Omar Cruz (+100 kg), quienes rejuvenecen al deporte con vistas a los Centroamericanos de San Salvador 2023.
Bañados de alegría, ambos atletas destacaron el sacrificio y lo exigente de la preparación para llegar a alcanzar este resultado; y en la zona mixta los pensamientos aludían a la familia, amigos y profesores de la base.
Nariño dejó sin opciones de título a la abandera dominicana Noira Yeilin Morillo y en sus declaraciones agradeció al apoyo de la multimedallista olímpica Idalys Ortiz, quien a su criterio fue crucial con sus correcciones y enseñanzas durante las sesiones prácticas.
Por su parte, Cruz atribuyó la victoria en la final contra el argentino Joaquin Alejo a respetar las orientaciones del preparador, de no perder el agarre en la manga e ir hacia delante en el combate, estrategia que dio fruto con una técnica de ippon en menos de dos minutos.
Con tres representantes en cada sexo, Cuba añadió en el cierre de la lid individual los metales de plata de Idelannis Gómez (70 kg) y Serguei Rodríguez (90 kg), quienes manifestaron su satisfacción por subir al podio de medallas y elogiaron la calidad del certamen.
Los otros dos galardones del colectivo caribeño llegaron por intermedio de Thailien Castillo y Kimy Bravo, autores de preseas de bronce en las divisiones de 57 y 66 kilogramos, respectivamente.
El preparador de las chicas Andrés Fernández felicitó a cada uno de los judocas cubanos por imponerse en muchos casos a figuras mejor ubicados en el ranking y con presencia acostumbrada en lides de Gran Prix y Grand Slam.
“Sabíamos que podíamos lograr resultados de este tipo, los entrenamientos, aunque cortos fueron exigentes y siempre se les trasmitió confianza y el futuro del judo está garantizado”, comentó Fernández.
Más de un elogios acapararon los judocas cubanos en la instalación de la subsede de Jamundí y despidieron el evento de Cali-Valle en la segunda posición de la disciplina, solo fueron superados por la representación brasileña, protagonista de cinco de oro, una de plata y cuatro de bronce.
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