Biden tiene previsto viajar a Minnesota este martes para promover su plan, mientras su equipo de gobierno se desplaza por el país para lograr un apoyo que presione al Senado a avanzar el plan de gastos sociales y de combate al cambio climático ya aprobado por la Cámara de Representantes.
Según previsiones, la vicepresidenta Kamala Harris y el secretario de Transportes, Pete Buttigieg, viajarán juntos el jueves a Carolina del Norte para promover la ley bipartidista de infraestructuras.
La Casa Blanca anunció el viaje en medio de las especulaciones sobre el futuro político de Harris y Buttigieg, y al calor de un informe de conflicto entre la vicepresidenta, su personal y los miembros de la administración que la Casa Blanca trata de amortiguar.
Ambos miembros del gobierno estarán acompañados por la diputada Alma Adams (demócrata), que representa al 12 distrito del Congreso de Carolina del Norte, que incluye a Charlotte.
Tanto Harris como el secretario de Transporte son vistos como potenciales contendientes en 2024 si Biden decide no presentarse a un segundo mandato, aunque la Casa Blanca insiste en que el presidente tiene intención de luchar la reelección.
Buttigieg, cuyo departamento supervisa algunos de los principales programas financiados por el proyecto de ley de infraestructuras, fue uno de los portavoces esenciales de la legislación a medida que avanzaba en el Congreso y se convertía en ley.
Mientras la vicemandataria tiene un perfil más amplio que incluye cuestiones como la inmigración y el derecho al voto.
En general y tras el retorno del largo feriado de Acción de Gracias, tanto el gobierno como el Congreso enfrentan importantes retos para aprobar leyes, con las cuales, según consideran los expertos, Biden se juega su agenda.
El liderazgo demócrata está obligado a buscar espacios a otros espinosos asuntos en el calendario legislativo como el proyecto de ley anual de política de defensa, la legislación para evitar un cierre del gobierno y la normativa para elevar el techo de la deuda, algunos tan imperiosos que deben ser abordados antes de mediados de diciembre.
A eso se suma el apremio a la Casa Blanca en el enfrentamiento a la nueva variante del coronavirus SARS CoV-2, ómicron, que alarma a los estadounidenses y crea temores en los mercados del país y del mundo.
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