Según adelantó la víspera el mandatario, los próximos pasos para enfrentar la pandemia no irán en el sentido de imponer cierres ni cuarentenas, sino de impulsar la vacunación y los refuerzos, así como ampliar el número de pruebas para detectar el virus.
Anteriormente, el gobernante declaró que la cepa Ómicron es «un motivo de preocupación, pero no de pánico», e instó a la población a inmunizarse lo antes posible porque la llegada de la más reciente versión del virus era inevitable.
Este miércoles los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos identificaron en California el primer caso confirmado de esa mutación en la nación norteña.
El doctor Anthony Fauci, principal asesor del gobierno para cuestiones médicas y director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, informó que el caso era de una persona que viajó desde Sudáfrica el 22 de noviembre y dio positivo a la Covid-19 el 29 de noviembre.
Desde el pasado lunes, por orden del ocupante del Despacho Oval, entraron en vigor prohibiciones para la entrada a Estados Unidos de viajeros provenientes de Sudáfrica, Botsuana, Zimbabue, Namibia, Lesoto, Eswatini, Mozambique y Malaui.
Las autoridades reconocieron que la medida solo serviría para ganar un poco de tiempo con el fin de aprender más sobre las características de la nueva cepa presente ya en una veintena de países, aunque aún se desconocen detalles sobre su transmisibilidad y letalidad.
Estados Unidos se mantiene como el país con los peores índices de infectados y muertes a nivel mundial por Covid-19, con un total de más de 48 millones de contagiados y 777 mil decesos desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020.
Desde el punto de vista económico con la llegada de la nueva mutación existen temores de que la demanda de bienes se desacelere y afecte las perspectivas de crecimiento en medio del proceso de recuperación y por consiguiente influya negativamente en la popularidad de la administración Biden.
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