La reconocida activista social también hará propuestas a la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición para garantizar los derechos de la oposición.
Esa instancia, en virtud del Acuerdo Final de Paz de 2016, comprendió que el fin del conflicto se construye sobre la reparación integral de las víctimas, configurando en su punto cinco un Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición.
En su condición de víctima, como lideresa política de oposición, mujer de izquierda afrodescendiente, y teniendo en cuenta los mandatos de la Comisión aportará sus contribuciones a esa instancia.
Mostrará las prácticas y hechos que constituyen graves violaciones a los derechos humanos y graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario, en particular aquellas que reflejen patrones o tengan un carácter masivo, que tuvieron lugar durante el conflicto armado y las responsabilidades colectivas del Estado, Gobierno, poderes públicos, extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, paramilitares y otros.
Uno de los elementos que contempla el informe es la exclusión política del régimen como fundamento de la persecución.
«En Colombia, la política se circunscribió a la formalidad electoral e institucional, desconociendo otras formas de participación ciudadana», enfatiza en el documento.
«Me reivindico como partícipe de la oposición política histórica al régimen. Primero en la lucha desde las bases populares del Partido Liberal por el desmonte del Frente Nacional y la apertura democrática que se plasmó en el proceso constituyente de 1991, pero que quedó tempranamente frustrado», expresa Piedad Córdoba en el informe al que tuvo acceso Prensa Latina.
Añade que ha «hecho oposición en el parlamento y fuera de él, participando y acompañando múltiples movimientos sociales. Me reclamo también como expresión de sectores víctimas de histórica exclusión política: soy mujer, negra y de región».
Asegura que nunca ha negado su opción ideológica ligada a una agenda progresista y de izquierda en temas vedados por los poderes más conservadores, coomo la equidad de género, derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, reconocimiento y derechos de las disidencias sexuales, soberanía y autonomía de los pueblos étnicos, conquista la paz completa, entre otros.
A ellos ha dedicado su labor política y legislativa en tiempos que tales asuntos eran considerados heréticos, remarca y al mismo tiempo advierte que valida que en ese ejercicio tenga contradictores políticos e ideológicos.
Sin embargo, «nada de lo anterior puede ser óbice para mellar los derechos políticos y civiles de nadie ni justificar la victimización que hemos sufrido en múltiples dimensiones las y los opositores en Colombia», subraya.
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