“Nuestras exigencias son la devolución de las asignaciones, acabar con la interferencia política en las universidades, reformas en la educación y castigo para los represores”, declaró Amir Mam Wali, uno de los participantes en la marcha.
Las manifestaciones se extendieron a las ciudades de Kalar, Halabja, Koya, Ranya y Sulaimani, tras una pausa por las acciones violentas de agentes de seguridad que recurrieron a gas lacrimógeno, balas de goma y cañonazos de agua.
El pasado 21 de noviembre iniciaron esas protestas en la Universidad de Sulaimani para exigir la restauración de un subsidio de 27 a 67 dólares por estudiante que el Gobierno cortó para enfrentar la crisis financiera. Esos fondos de ayuda permiten a muchos educandos obtener comida o pagar alojamiento.
Empero, la guerra con el grupo terrorista Estado Islámico, los bajos precios del petróleo y las disputas presupuestarias con el gobierno central de Bagdad obligaron a suspender ese apoyo.
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