En la última jornada de su estancia de tres días en la capital helénica, el sumo pontífice recibió al presidente del Parlamento griego, Konstantinos Tasoulas, y sostuvo un encuentro con jóvenes en la escuela San Dionisio, de las Hermanas Ursulinas.
Tras concluir su trigésimo quinto viaje al exterior, Francisco envió, desde el avión, un mensaje a la presidenta de la República, Katerina Sakellaropoulou, a quien expresó su “profunda gratitud”, extensiva a todo el pueblo, por la hospitalidad recibida durante su visita apostólica.
La dramática realidad de los flujos migratorios a través del mar Mediterráneo y sus trágicas consecuencias fueron temas principales de la prédica papal durante las visitas, marcadas por un fuerte significado ecuménico.
Al regresar a Roma, el papa transmitió un saludo al presidente, Sergio Mattarella, y al pueblo italiano acompañado por “cordiales deseos de paz y bienestar para toda la nación”.
Al mismo tiempo, destacó que durante el viaje apostólico tuvo la oportunidad de estimular la promoción del diálogo, la consolidación de la democracia y la interacción entre la gente.
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