La ONU no ha condenado directamente los actos destructivos de esa organización, que exacerbaron la terrible situación humanitaria en Afar, Amhara y Tigray, principalmente, comentó el jefe de la Comisión Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, Mitiku Kassa.
Debiera adoptar una posición transparente al respecto, afirmó, y criticarla abiertamente por usar alimentos como arma de guerra, al bloquear la ayuda a personas bajo el Programa de Red de Seguridad.
Solicitamos a la Organización de Naciones Unidas que coopere con el gobierno en el apoyo a más de ocho millones de personas con inseguridad alimentaria tras las invasiones del grupo en Afar y Amhara, manifestó.
Durante una conferencia de prensa con Catherine Sozi, Coordinadora Humanitaria y Residente de la ONU aquí, Kassa puntualizó los esfuerzos gubernamentales para garantizar la llegada de alimentos y otros productos de primera necesidad a las áreas afectadas.
A partir de junio pasado, el gobierno redujo considerablemente los puestos de control, incrementó las extensiones de visas, aprobó mayor cantidad de viajes, utilización de equipos de comunicación y acceso a efectivo, aseguró.
Sozi, en tanto, resumió los servicios de la ONU en la nación y rechazó acusaciones de supuesta ayuda prioritaria a Tigray, en relación con Afar y Amhara, al declarar que el propósito del organismo es apoyar a todo el pueblo.
Dijo, además, que los soldados del TPLF (siglas en inglés) saquearon los almacenes de ayuda humanitaria en Kombolcha, junto con la participación de algunos miembros de la comunidad, y frustraron las gestiones en la zona.
También señaló que la escasez de combustible, efectivo y otras dificultades, convierten en un gran desafío la distribución de víveres y artículos en Tigray, donde estalló la guerra entre el Frente y el gobierno en noviembre de 2020.
Asimismo, la Coordinadora acusó al ejército federal de retener tres camiones de ayuda y remodelarlos con fines de guerra, y expresó su esperanza de garantizar la llegada de otros 115 camiones con diferentes suministros a Mekele, la capital tigriña.
Para el gobierno etíope, el informe acerca del saqueo de almacenes en Kombolcha está manipulado, porque hay pruebas de cómo el Frente perpetró el vandalismo y luego construyó imágenes para culpar a los residentes de la localidad.
Igualmente critica a Naciones Unidas porque “no denuncia al grupo insurgente por secuestrar más de mil camiones destinados a la ayuda y mantiene silencio acerca de otros 203 no devueltos, que ingresaron a Tigray desde el pasado 23 de noviembre”. acl/raj
















