En zonas como Petion Ville, Route de Freres y Bas de Delmas los inconformes quemaron varios neumáticos, aunque no interrumpieron el tráfico ni la actividad económica.
Criticaron a las autoridades y argumentaron que el alza de hasta el 115 por ciento de la gasolina, el diésel y el keroseno, aumentará también el costo de la vida y los productos de primera necesidad.
De hecho, el precio de la canasta básica se incrementó sustancialmente en los últimos meses, en especial luego que las bandas armadas bloquearan la distribución de los combustibles.
Por su parte, el Gobierno defendió la medida e insistió en que la subvención atenta contra el desarrollo económico del país, ya que a pesar de los esfuerzos son incapaces de controlar las finanzas públicas.
En ese sentido, el ministro de Economía y Finanzas, Patrick Boisvert, señaló que la última década el Estado invirtió 150 mil millones de gourdes (unos mil 500 millones de dólares) de 2010 a 2020 en el subsidio, y el pasado año el importe alcanzó los 30 mil millones de gourdes (cerca de 300 millones de dólares).
La cifra de 2020 representa un tercio de los ingresos recaudados por las aduanas y la Dirección General de Impuestos, indicó el titular.
El Banco Mundial felicitó al Gobierno de Ariel Henry por tomar medidas “valientes” para el saneamiento de las finanzas, según una nota de la oficina gubernamental.
No obstante, plataformas sindicales como la la Kowalisyon chofè moto legal (Coalición de conductores de motocicletas) denunciaron el alza y subrayaron que esta incidirá en sectores más vulnerables del país.
Por su parte, los partidos Ayiti An Aksyon (Haití en acción) y Viv Ayiti (Viva Haití) expresaron su oposición a la disposición y criticaron que antiguos opositores al presidente asesinado Jovenel Moïse, ahora defienden el aumento porque pasaron a las filas del Gobierno.
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