Según datos de la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA), los pronósticos indican que en la actual temporada marzo-junio las precipitaciones continuarán por debajo del promedio.
La escasez de lluvia pone en peligro la supervivencia del ganado y, por ello, se calcula que 2,7 millones de somalíes podrían sufrir carencia alimentaria durante ese periodo para un incremento del 65 por ciento comparado con los niveles actuales.
Entre los afectados por el acceso a los víveres estarían 840 mil niños menores de cinco años, lo que incrementaría los niveles de desnutrición a nivel federal y afectaría el crecimiento normal de esas criaturas.
La agencia de ONU precisó que se identificaron condiciones previas de sequía en regiones de Somalilandia, Puntlandia, Hirshabelle, Galmudug y Jubaland, tras las pocas lluvias registradas allí a finales de 2020.
‘Un gran número de problemas humanitarios -conflictos incluidos-, inseguridad alimentaria y un clima errático han afectado a Somalia durante décadas’, detalló el portavoz de la OCHA, Jens Laerke.
La ONU y las organizaciones con las que colabora en el país del llamado Cuerno de África, solicitan un financiamiento de mil millones de dólares para ofrecer ayuda humanitaria a cuatro millones de somalíes este año, aunque hasta ahora solo se recaudó el 2,5 por ciento de lo requerido.
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