Los restos de una caravana inicialmente de cuatro mil migrantes centroamericanos, y ahora con menos de mil, llegaron ayer, día de la virgen, frente a la iglesia -segunda más visitada del mundo- con la idea de pernoctar allí, pero la policía y la Guardia Nacional lo impidieron, lo cual suscitó enfrentamientos.
Tras 15 días de ruta desde Puebla, la mayor parte del recorrido a pie, el grupo logró su meta de llegar a Ciudad de México, pero no está claro qué van a hacer a partir de ahora pues la intención original es seguir hacia la frontera con Estados Unidos en el norte e iniciar allá gestiones para que sean admitidos legalmente.
Estados Unidos los rechaza y el congreso obligó al Gobierno de Joe Biden de volver a aplicar un decreto del expresidente Donald Trump (2017-2021) de regresar a quienes logran entrar para esperar en México el final de los trámites migratorios, la inmensa mayoría negativos a permisos de entrada.
Tal decisión es criticada por México por las afectaciones que implica y gastos millonarios en albergues y atención médica a los que insisten en su objetivo, y particularmente en el caso de los niños sin acompañantes, un verdadero dolor de cabeza. Ambos hechos inciden en una mayor cantidad de deportaciones desde territorio mexicano.
La caravana original salió hace 50 días desde Tapachula, Chiapas, donde inició la azarosa marcha el 23 de octubre hasta la Ciudad de México, pero en el camino se fue diezmando la columna, algunos por cansancio y la mayoría para acogerse a ofertas de visa de trabajo otorgadas por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Una mayoría de estos últimos migrantes pernoctó en un albergue muy bien habilitado en Iztapalapa con atención médica, camas, baños y alimentos y otros permanecieron como peregrinos ante la basílica, donde todavía se ven fieles en sus alrededores.
La peregrinación se vio opacada por un fatal accidente provocado por «coyotes» que hacinaron a 166 personas en el trailer de un camión articulado, el cual se volcó por exceso de velocidad y dejó 55 muertos y 105 heridos, pero voceros de los migrantes dijeron que, aún así, su misión es seguir adelante.
Autoridades migratorias de México, Guatemala, Estados Unidos, República Dominicana, Ecuador y Honduras acordaron no permitir impunidad a los traficantes de personas involucrados, y anunciaron la creación de un grupo internacional de acción inmediata cuyo objetivo será “investigar, identificar, aprehender y presentar ante la justicia a sus integrantes y mandos.
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