La Alta Comisionada Adjunta de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Nada al Nashif, advirtió que en el país centroasiático la vida económica está paralizada en gran medida.
«Con la llegada del invierno, mujeres, hombres, niños y niñas hacen frente a una grave pobreza y hambre”, indicó.
La funcionaria lamentó que cada vez más afganos “tienen problemas para satisfacer sus necesidades básicas» y dijo que aumentan los ciudadanos en situación vulnerable.
Al Nashif se refirió en particular a las mujeres que en ocasiones son empujadas a tomar medidas desesperadas como el trabajo infantil, el matrimonio de menores de edad e incluso la venta de niños.
También expresó su preocupación por los continuos reportes de ejecuciones extrajudiciales en todo el país pese a la amnistía general anunciada por los talibanes tras retomar el poder el pasado 15 de agosto.
Al menos un centenar de antiguos miembros de las fuerzas de seguridad y otras personas vinculadas con el gobierno del expresidente Ashraf Ghani fueron asesinados hasta noviembre, la mayoría de las muertes se atribuyen a los talibanes.
La Alta Comisionada Adjunta recordó que antes de la vuelta del gobierno del grupo armado se registraron “las mayores cifras de víctimas civiles, con mujeres y niños representando cerca de la mitad del total».
Sin embargo, esa parte de la población sigue siendo víctima y está en riesgo, “dado que campañas despiadadas de ataques letales” continúan por parte la filial de la organización terrorista Estado Islámico en Afganistán y otros grupos armados, señaló.
En lo que va del año, más de 600 mil afganos se han desplazado dentro del territorio, el 80 por ciento de ellos son mujeres y niños.
Estados Unidos terminó casi 20 años de guerra en esa nación tras la caótica retirada de sus tropas a finales de agosto.
Al salir dejaron el mismo país en crisis, ingobernable y con los talibanes, que dos décadas atrás fueron a echar, en el poder.
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