El jefe de la bancada opositora basó sus críticas contra Johnson en la rebelión que protagonizaron la víspera casi un centenar de diputados del partido gobernante contra la propuesta del Ejecutivo de exigir pasaportes de vacunación a la entrada de los clubes nocturnos y eventos masivos.
La medida, que forma parte del llamado Plan B diseñado por las autoridades para tratar de contener la propagación de la variante Ómicron del coronavirus Sars-CoV-2, fue finalmente aprobada, pero gracias en gran parte al apoyo de la bancada laborista.
El Partido Laborista dio muestras del liderazgo que le falta al primer ministro, porque si no fuera por los votos laboristas, su gobierno no hubiera podido implementar una regulación vital para la salud pública, sentenció Starmer este miércoles en el Parlamento.
En su defensa, Johnson dijo que respetaba los sentimientos de sus correligionarios y sus criterios de que el pasaporte de vacunación atenta contra las libertades civiles, pero insistió en que el enfoque del gobierno para enfrentar la variante Ómicron es equilibrada y proporcionada.
Durante la tradicional comparecencia del jefe del gobierno británico cada miércoles en la Cámara de los Comunes para responder preguntas de los legisladores también hubo llamados a su renuncia.
Lo único que le queda para recuperar la confianza del público es renunciar, aseveró el líder del Partido Social Democrático y Laborista, Colum Eastwood, desde su curul en la oposición.
Johnson, quien ha sido golpeado por varios escándalos, el más reciente relacionado con una fiesta navideña celebrada en su oficina el año pasado, en plena cuarentena, alegó, por su parte, que continuará con su tarea de proteger a la población y garantizar que el país salga de la pandemia como “un solo Reino Unido”.
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