De acuerdo con el estudio, en ocasión este 18 de diciembre del Día Internacional del Migrante, y que reproducen fuentes como el diario La Prensa, de enero a noviembre de este año se registran unas 126 mil 765 personas que llegaron a la selva Darién en la frontera con Colombia, para seguir su paso a su destino final: Estados Unidos.
Además, se reportaron 60 decesos y 150 niños que arribaron a los albergues o estaciones receptoras sin sus padres.
Se trata de un flujo nunca antes visto, señalan, pues en 2019 cruzaron el inhóspito paraje 22 mil 102 viajeros; y en 2020, en medio de la Covid-19, atravesaron esa frontera ocho mil 594 migrantes.
Hasta ahora, el año en que más inmigrantes habían cruzado la jungla era 2016, con 30 mil 55.
De acuerdo con el ministro de Seguridad, Juan Pino, este año la cifra total podría superar los 150 mil migrantes irregulares.
Uno de los grupos más vulnerables en la riesgosa travesía son los menores de edad y adolescentes, como alertó también la representación aquí del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
De acuerdo con el organismo internacional, hasta octubre pasado cerca de 19 mil infantes llegaron a Panamá a través de Tapón de Darién; para noviembre, esa cifra se elevó a 28 mil 344 menores de edad.
Para Unicef, el auge inesperado del flujo migratorio, especialmente de los menores, acompañó la respuesta del Estado, aumentando la prestación de servicios esenciales tras el tránsito por las difíciles trochas y ríos entre Colombia y Panamá, con impacto este año en unas siete mil personas.
La necesidad de controlar el paso de migrantes irregulares por la selva del Darién es uno de los principales reclamos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Según la OIM, alrededor del 60 por ciento de los migrantes que llegan a Panamá a través de la selva son haitianos, de los cuales el 20 por ciento son niños y la mitad de ellos, menores de cinco años, a cuyo flujo se suman otras personas procedentes de la región y también de Asia y África.
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