El pasado martes dicho vehículo que llevaba gasolina se volcó y explotó en la entrada de la ciudad situada en el extremo norte del país, cuando decenas de vecinos intentaban recuperar el combustible vertido.
Al menos 60 murieron en la escena y los cuerpos carbonizados estuvieron durante varias horas en el lugar del accidente.
Los heridos fueron trasladados a las instituciones sanitarias, y algunos a hospitales de Puerto Príncipe, Mirebalais e Hinche.
El primer ministro Ariel Henry viajó a la zona de la tragedia junto a una delegación de médicos y socorristas, y anunció la celebración de funerales nacionales, que fueron aplazados para mañana martes.
Almonor explicó que aún faltan algunos detalles logísticos, aunque aseguró que están a punto las obras en Samari, donde tendrán lugar las honras fúnebres.
Tras la tragedia el país recibió numerosas muestras de simpatía, entre ellas la del papa Francisco, quien pidió orar por Haití.
“En las últimas horas se produjo una devastadora explosión en Cap-Haitien, en el norte de Haití, en la que perdieron la vida muchas personas, entre ellas muchos niños”, dijo el sumo pontífice y lamentó que la nación caribeña vive “un calvario tras otro”.
Esta es la segunda desgracia que sufre Haití en menos de cuatro meses, luego del terremoto ocurrido en agosto que cobró más de dos mil 200 vidas, y causó heridas a más de 12 mil 700 personas.
rgh/ane