La declaración iraní rebate a los ministros de Asuntos Exteriores del Reino Unido e integrantes del Consejo de Cooperación del Golfo, que responsabilizaron a la nación de los persas con actividades destructivas en Asia Occidental.
El vocero de la cancillería de la república islámica, Saeed Khatibzadeh, consideró gastadas y sin fundamento esas acusaciones dirigidas a fomentar divisiones entre Irán y los países de la península Arábiga.
Por el contrario, dijo, Teherán siempre desempeñó un papel responsable para pacificar y estabilizar la zona e invitó a sus vecinos a la cooperación, el diálogo, la negociación y el respeto mutuo.
Jatibzade estimó que las armas modernas enviadas por Occidente constituyen la principal causa de la crisis y catástrofes humanas vividas en la zona.
La república islámica confirmó su carácter pacifista con su adhesión al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, aunque no renunciará a su derecho de utilizar energía de materiales fisionables con fines civiles.
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