El Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes libia criticó el respaldo de Hurndall al Gobierno de Unidad Nacional, cuyo mandato terminó de forma oficial el viernes, cuando debieron efectuarse las elecciones presidenciales, aplazadas para 2022.
En un mensaje de felicitación a los libios por su Día de la Independencia, la funcionaria afirmó que su país no reconocerá a otro Ejecutivo hasta la celebración de los comicios.
Consideramos que esas palabras son una violación de las normas diplomáticas porque “la elección de un nuevo Gobierno o la decisión de mantener el actual (hasta tanto no se celebren los comicios) es una prerrogativa” del parlamento, señaló ese órgano en un comunicado.
En similar sentido se pronunció el Comité de Defensa y Seguridad Nacional, cuyos miembros exigieron respeto a la soberanía libia.
Por su parte, el diputado Ali Abu Zariba criticó a la funcionaria británica al considerar que menosprecia al pueblo libio.
“Está claro que ha excedido los límites de sus deberes y su trabajo como embajadora de un país extranjero”, expresó.
El excanciller y candidato presidencial Abdel Hadi Al Hawij denunció la pasada semana que el conflicto de intereses de diversas potencias, en especial europeas, agravaron el caos y la guerra en esta nación árabe.
Tras un año de relativa calma, en las últimas semanas la tensión escaló en el país, en gran parte motivadas por las elecciones, pues hay profundas diferencias entre milicias y sectores en torno a los candidatos aceptados y las leyes que lo rigen.
Libia vive una espiral de violencia desde el derrocamiento de Muamar al Gadafi en 2011, luego de una guerra apoyada por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, entre ellos, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido.
Bajo el auspicio de la ONU, 75 delegados libios en representación de diversas facciones y territorios, eligieron en febrero último un Gobierno de transición, encargado de dirigir al país hasta la celebración de los comicios presidenciales.
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