El economista Enomy Germain indicó que el alza no es sorprendente, si se tiene en cuenta el alza de los precios de los productos petrolíferos, luego que en noviembre el Gobierno decidió retirar el subsidio de los combustibles, con lo cual se incrementó hasta un 115 por ciento los precios de la gasolina, el diésel y el keroseno.
Según se justificaron las autoridades, en 2020 el Estado destinó 30 mil millones de gourdes (unos 300 millones de dólares) para sufragar los costos de los carburantes, en detrimento de los programas sociales y de desarrollo.
El aumento de la carestía de la vida ocurre cuando el país experimenta una prolongada crisis económica, que contrajo el Producto Interno Bruto por tres años consecutivos.
El ciclo fiscal que concluyó en octubre, cerró con un crecimiento negativo del 3,3 por ciento, cifras que no se alcanzaban desde el mortal terremoto de 2010.
En este sentido los expertos no son optimistas con una pronta recuperación económica, especialmente por la inestabilidad política y la falta de un acuerdo común entre los principales actores del país.
Para el economista Kesner Pharel, si los sectores no logran un acuerdo el país se encamina hacia su cuarto año de recesión económica, y estima que el actual año fiscal empezó “bastante mal”, pues la inseguridad limita la recuperación de la economía.
mem/ane