El periódico mexicano recordó que en su primera conferencia matutina de este año el presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que en los últimos días del Gobierno de Donald Trump (2017-2021) le pidió por escrito que fuera exonerado de los cargos que fabricó en su contra la justicia de Estados Unidos.
🚨 “Estamos dispuestos a ofrecer asilo a Julian Assange en México”, dice AMLO 👇🏼 pic.twitter.com/1FMoUKyQEN
— Manuel Lopez San Martin (@MLopezSanMartin) January 3, 2022
Allí reiteró el ofrecimiento de su Gobierno de brindarle asilo al informador australiano, asimismo, consideró que Washington “debe actuar con humanismo” ante el hecho de que “Assange está enfermo y sería una muestra de solidaridad prestarle asilo en el país en el que él decidiera vivir”.
Recordó que Assange está detenido en una prisión londinense a la espera de que la Corte Suprema de Reino Unido decida sobre una apelación de la defensa para impedir su extradición a Estados Unidos, donde enfrentaría 18 cargos y una condena de 175 años de cárcel, y sometido a condiciones carcelarias que agravan su quebrantada salud.
A diferencia de lo que pretende hacer creer el ejecutivo de la superpotencia, el informador procesado no es ni un espía ni un ciberdelincuente, sino un individuo que decidió sacar a la luz los secretos más sórdidos de diversos gobiernos con información obtenida mediante filtraciones digitales, aseguró el diario.
Así, explica todo lo concerniente al caso para demostrarlo, como en 2010 cuando WikiLeaks dio a conocer al mundo documentos que probaban la comisión de crímenes de lesa humanidad por las fuerzas estadounidenses y de sus aliados en las guerras de Afganistán y de Irak.
Al año siguiente, el activista entregó a varios medios informativos del mundo –entre estos La Jornada– los llamados “cables del Departamento de Estado” que permitieron conocer las inescrupulosas e injerencistas prácticas diplomáticas de Washington en diversos países.
En la elaboración periodística de ese material, este diario dio a conocer, por ejemplo, informes del exembajador estadunidense Tony Garza, en los que se jactó de desempeñar un papel central en la consolidación de Felipe Calderón en la presidencia.
También un despacho que documenta la oferta formulada por el entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna (preso y juzgado en Estados Unidos), al exsecretario de Seguridad Interior del país vecino, Michael Chertoff, de brindarle “pleno acceso” a toda la información de la inteligencia mexicana.
Es claro que el afán del gobierno de Estados Unidos de perseguir a Assange no responde a un celo de combatir delitos comunes sino a un designio de venganza por el descrédito que sus instituciones experimentaron debido a las revelaciones de WikiLeaks, concluyó La Jornada.
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