Según la revista Journal of Thoracic Oncology, los investigadores encontraron que abandonar ese hábito luego de la detección se asoció significativamente con una mejoría general.
Tal criterio es válido para los pacientes con “cáncer de pulmón de células no pequeñas, pequeñas o cáncer de pulmón de ambos o de tipo histológico no especificado”.
Dejar de fumar puede desempeñar un papel positivo, porque el humo del tabaco favorece el crecimiento, la progresión y la diseminación del tumor, advierten los expertos.
Asimismo, disminuye la eficacia y la tolerancia a la radioterapia y la terapia sistémica, al tiempo que aumenta el riesgo de complicaciones postoperatorias y de segundos cánceres primarios.
El estudio sugiere que los médicos deben educar a sus pacientes con cáncer de pulmón sobre los beneficios de dejar de fumar incluso después del diagnóstico y apoyarlos en este propósito.
msm/joe