El periodista se hace eco de llamados de la Casa Blanca a organizaciones de derechos civiles, políticos, exjefes militares, intelectuales y al expresidente Jimmy Carter, con motivo del primer aniversario del asalto al Capitolio por seguidores de Donald Trump con el propósito de revertir la elección presidencial.
El procurador general, Merrick Garland, en un discurso en torno al aniversario, sostuvo que el Departamento de Justicia que él dirige está dedicado a asegurar que todo responsable de aquel hecho rinda cuentas a la ley sin importar si estaba presente o si fueron criminalmente responsables del asalto a la democracia.
Sus palabras fueron, en parte, respuesta a la creciente impaciencia de quienes critican el ritmo lento de la investigación legal, y la ausencia hasta ahora de cargos formales contra altos funcionarios, asesores y aliados políticos del expresidente e incluso contra Trump.
Se habla de quienes invitaron, promovieron y planearon el intento de interrumpir el proceso constitucional, frenar la certificación de los resultados de la elección y mantener al mandatario derrotado en el poder, y califican ese complot de intento de golpe de Estado que dejó cinco muertos y 150 heridos.
Algunos recuerdan, señala Brooks, que hubo 147 legisladores federales -todos aun presentes e impunes- que votaron en contra de la certificación de los resultados de la elección.
Más de mil exfuncionarios públicos a nivel federal y estatal están identificados en una investigación llamada Insurrection Index, y señalados cómplices en el intento de Trump de revertir la elección.
El periodista de La Jornada advierte que una y otra vez se afirma que el 6 de enero no empezó ni concluyó ese día y que fue un intento de derrocar la democracia estadounidense. Y no ha acabado.
Carter, por ejemplo, expresó temor por nuestra democracia en un artículo en el New York Times en el que concluye que la gran nación se tambalea en un precipicio cada vez más profundo.
Trump, en vez de acabar esposado por incitar a una insurrección o simplemente vetado de por vida en política, sigue liderando uno de los dos grandes partidos políticos y habla de volver a presentarse a la Casa Blanca en 2024, apunta por su parte Fiona Hill, exanalista del Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca.
Un año después, dijo, sigo consternada por el hecho de que la mayoría de los estadounidenses no sean capaces de comprender lo cerca que estuvieron de perder su democracia. Esto fue un golpe de estado y todavía lo es. Sigue en curso, alertó. Si algo así ocurre en el extranjero ya habríamos reaccionado, señaló.
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