Según la fuente, testigos de tales actos comunicaron que los dos foráneos plagiados por los bandidos son dos ciudadanos provenientes de Burkina Faso, que realizaban actividades mineras en localidades estaduales.
En tanto, un residente de la localidad de Anka testimonió que también fueron secuestrados el jefe de la aldea de la comunidad de Yar Kuka, la esposa de éste y su hermano, sin que se tengan detalles hasta el momento del paradero de esas víctimas.
Los nuevos raptos ocurren una semana después de que, según autoridades gubernamentales, unos 200 civiles resultaron muertos por bandidos en cinco aldeas del propio estado de Zamfara.
Esos ataques fueron considerados como espantosos por el secretario general de Naciones Unidas António Guterres, quien instó a las autoridades de Nigeria a que no escatimen esfuerzos para llevar ante la justicia a los responsables de los crímenes.
Con una población superior a los 200 millones de habitantes, Nigeria es golpeada por una aguda situación de inseguridad, sobre todo en su parte septentrional, con asaltos de grupos radicales como Boko Haram y bandidos.
Ante ese complejo panorama, para contener la actual ola de violencia en los norteños estados de Yobe, Borno, Katsina y Zamfara, por orden del presidente del país, Muhamamdu Buhari, recientemente se desplegaron fuerzas militares y policiales adicionales.
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