La representación mayoritaria de los partidos oficialistas en la Corte Electoral otorgó meses atrás el color celeste a las boletas negativas en el referendo fijado para el 27 de marzo, y el color rosado para los uruguayos opuestos a esos artículos.
De inmediato la Comisión Pro referendo, integrada por decenas de organizaciones sociales impugnó, sin resultado, que se beneficiara a una parte en contienda con un vínculo visual identificador de la selección futbolística uruguaya conocida como “la Celeste”.
Sánchez reiteró previas advertencias de que esa decisión tendría incidencias de parcialidad en la campaña hacia el referendo, y criticó una reciente propaganda visual del gobierno que termina con la frase “la Celeste no se deroga”.
“Se apropian de algo que es de todos como la Selección Uruguaya, una construcción que tenemos que mantener todos juntos”, enfatizó el legislador frenteamplista.
Anunció que en febrero “la campaña será barrio a barrio y muy capilar, caminaremos y vamos a dialogar con mucho respeto con los ciudadanos más allá de lo que se haya votado o se piensa sufragar en 2024”, dijo en alusión a las siguientes elecciones generales.
Por su parte, el presidente de la central sindical Pi-Cnt, Marcelo Abdala, calificó el uso de dicho símbolo de “una demostración de soberbia del poder y los poderosos” y una prueba de la intención de “embanderar al pueblo con un color de todos”.
Abdala recordó en un mensaje en redes sociales que “la ciudadana no es tonta” y manifestó confianza en que “votará el sí”.
El presidente electo del Frente Amplio, Fernando Pereira, opinó en la televisión que hay “una cantidad enorme de militantes del Partido Nacional (PN) que se están sumando a la campaña” por el Sí.
Pereira afirmó que es lógico que “el gobierno tiene temores” y que “un temor es perder el referendo”, dijo en diálogo con Telemundo en referencia a una reciente encuesta que le otorga a la derogación un 49,4 por ciento sobre un 41 por mantener intacta la Ley de Urgente Consideración.
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