En sus conclusiones de la reunión celebrada el pasado 14 enero, el presidente de ese órgano, Didier Houssin, recomendó al director general de la entidad, Tedros Adhanom, mantener el nivel de alerta declarado a finales de enero de 2020.
Calificó de elevado el riesgo internacional que implica la enfermedad, principalmente por la aparición de nuevas variantes del coronavirus SARS-CoV-2, según el texto divulgado, el cual aceptó la máxima autoridad de la agencia sanitaria de Naciones Unidas.
Ómicron actualmente domina en el contexto planetario y deben continuar las investigaciones respecto a la eficacia de todas las vacunas, acerca de su duración e inmunidad que proporcionan, subrayó Haussin.
Sobre la limitación de los viajes, el científico francés manifestó que no impiden la propagación de otras cepas e instó a los gobiernos a descartar la exigencia de la prueba de inoculación.
Los fármacos perdieron eficacia a la hora de evitar contagios pero son necesarios todavía para evitar las formas graves de la Covid-19 o fallecimientos asociados, remarcaron los expertos de la OMS.
El noveno encuentro del Comité de Emergencia elogió a Sudáfrica por su rápida identificación, rápido y transparente intercambio de información sobre Ómicron.
Mostró preocupación de los informes de violencia contra los trabajadores sanitarios, los funcionarios de salud pública y los asesores que participan en el enfrantamiento a la Covid-19.
Condenó estos actos que –apuntó- socavan los esfuerzos de respuesta nacionales y mundiales y describió los desafíos para obtener las vacunas contra el coronavirus.
Además, los especialistas implicados en el debate señalaron los retos planteados por los altos precios de ciertas terapias, la falta de equidad en el acceso y la disponibilidad limitada de datos sobre la rentabilidad de estos tratamientos.
El Comité instó a la OMS a continuar su trabajo con el sector farmacéutico para abordar las barreras de acceso y asequibilidad, al ampliar los precios escalonados, los acuerdos de licencia voluntaria y otros enfoques para aumentar el acceso a inmunizantes, terapias y pruebas de diagnóstico.
Una estrategia global coordinada es fundamental para garantizar la protección de las poblaciones de alto riesgo en todas partes, con un enfoque particular en los países que tienen bajas tasas de vacunación, especialmente aquellos con una tasa inferior al 10 por ciento, apuntaron los expertos.
acl/znc