Decidiremos sobre la puesta en marcha de un proyecto de euro digital hacia mediados de 2021, a fin de estar preparados para su posible emisión en el futuro, precisó Panetta.
Actualmente estamos en fase de preparación, desarrollando el concepto, llevando a cabo experimentos prácticos, escuchando las opiniones del público en general y colaborando con los interesados, dijo.
Si el proceso recibe la autorización en el 2021, habrá una fase de investigación de dos años y otra de implementación de dos a tres años, añadió.
Cinco años es un largo tiempo, pero uno debe tener en cuenta que un euro digital no es cuestión sencilla y no se trata simplemente de un tema técnico, acotó el directivo del BCE.
‘Su introducción inevitablemente tendrá un impacto muy fuerte, no solo en los pagos y mercados financieros, tanto locales como internacionales, sino también más ampliamente en la sociedad completa’, significó.
Según el BCE en esta nueva era, un euro digital garantizaría que los ciudadanos de la eurozona pudieran seguir teniendo acceso, sin coste alguno, a un medio de pago sencillo, universalmente aceptado, fiable y sin riesgo.
En opinión de Panetta esta moneda virtual combinaría la eficiencia de un instrumento de pago digital con la seguridad del dinero de banco central.
Ayudaría a hacer frente a situaciones en las que el efectivo dejara de ser el medio de pago preferido, y evitaría la dependencia de medios de pago digitales emitidos y controlados desde fuera de la zona del euro que podrían comprometer la estabilidad financiera y la soberanía monetaria, apuntó.
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