La víspera, precisó, el titular habló por teléfono con el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki, quien mostró gran preocupación por el futuro de ese territorio.
Guterres también conversó sobre este tema con el presidente de Níger, Mohamed Bazoum, y otros socios en la región, añadió el vocero.
En tanto, el jefe de la Oficina Regional de Naciones Unidas para África Occidental, Mahamat Saleh Annadif, se mantiene consultando con varios actores políticos en Burkina Faso, así como con el presidente de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, Jean Claude Kassi Brou.
A partir del sábado se registraron en Burkina Faso manifestaciones no autorizadas por el gobierno y convocadas por la sociedad civil para expresar el descontento acrecentado en los últimos meses por la espiral de violencia que vive el país.
El lunes se consumó el golpe de Estado y la junta militar que dirige ahora cuenta con apoyo popular en las calles, pese a la condena de la comunidad internacional que reprobó la ruptura del orden constitucional y exigió la liberación del depuesto presidente, Roch Marc Christian Kaboré, indican reportes de prensa.
Burkina Faso vive una situación de violencia desde 2015 atribuida a grupos aliados de Al Qaeda y el Estado Islámico.
El reciente golpe de Estado allí es el cuarto que sufre la región de África Occidental, tras los dos acontecidos en el vecino Malí en agosto de 2020 y mayo de 2021.
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