Evidencia de ello en los últimos años, apuntó la exmandataria, es la victoria electoral de Xiomara Castro y el retorno del Movimiento al Socialismo (MAS), tras el golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia, si bien las luchas sociales comenzaron desde el colonialismo “sanguinario y voraz”.
La dirigente aludió a las distintas formas de dominación durante el siglo XX, menos directas y evidentes y vinculadas al sojuzgamiento económico, y al resurgimiento de la oleada de movimientos nacionales y populares en la región liderados, entre otros, por Augusto C. Sandino en Nicaragua.
De acuerdo con Cristina Fernández, ese continuo regreso de los pueblos varía en forma y dirigentes y recordó el establecimiento de dictaduras en los países de la región, encabezadas por las Fuerzas Armadas, cuyos miembros eran adoctrinados y educados en la Escuela de Panamá.
Esos golpes de Estado contra gobiernos populares, sentenció, estaban orientados y financiados para evitar los “peligros del comunismo” y el establecimiento de una supuesta democracia occidental y luego, a finales de la vigésima centuria, renacieron nuevos grupos y protagonistas sociales.
Ellos, aseguró, respondían al mismo objetivo de siempre: la autodeterminación, soberanía e independencia de los pueblos y frente a la imposición del neoliberalismo, el desastre, la tragedia social y económica y la disgregación nacional.
Durante el siglo XXI emergieron en varios países, a su juicio, proyectos virtuosos con la garantía de acceso a la educación y salud; sumado a regresiones encarnadas en los golpes judiciales, como nueva modalidad ante las administraciones progresistas.
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