El informe Estado del Financiamiento de la Naturaleza, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el Foro Económico Mundial y la Iniciativa Económica de la Degradación de la Tierra, precisó que el incremento equivaldría a un total de 8,1 billones (millón de millones) de dólares y a una tasa anual futura de 536 mil millones de dólares.
De acuerdo con el estudio son cantidades muy elevadas, pero el mundo las precisa si quiere cumplir sus objetivos en materia de cambio climático, biodiversidad y degradación del suelo.
Los tres organismos implicados recordaron que los recursos naturales son la base del sistema económico mundial con más de la mitad del Producto Interno Bruto global proveniente de ellos, y señalaron a los sectores agrícola, alimentario y de la construcción entre los que dependen completamente de la naturaleza.
Asimismo destacaron que el ritmo de extinción de las especies, el calentamiento global, el creciente número de fenómenos meteorológicos extremos y las enfermedades zoonóticas como la Covid-19, refuerzan aún más la necesidad de invertir en acciones sostenibles que mejoren la resiliencia de los ecosistemas.
Tales acciones también permitirán abordar retos sociales como la seguridad alimentaria, el cambio climático, la seguridad del agua, la salud humana y la mejora de la resiliencia ante el riesgo de catástrofes.
Los autores del reporte indicaron que la actividad humana y un modelo económico que prioriza el crecimiento a corto plazo han dañado enormemente los ecosistemas, por lo que piden un cambio de mentalidad que transforme la relación de las personas con el medio ambiente.
De lo contrario, advirtieron, la explotación irracional de los recursos naturales generará cada vez mayores pérdidas financieras, pues en la actualidad la mayoría de los beneficios esenciales de la naturaleza no tienen un valor en el mercado financiero, a pesar de ser la base de la prosperidad actual y futura, significó el documento.
“Es vital integrar en nuestro sistema económico el valor de la naturaleza de manera profunda, desde las políticas gubernamentales relacionadas con la contratación, la fiscalidad, el comercio y la regulación, hasta la forma en que las empresas y las instituciones financieras toman decisiones sobre la inversión, el riesgo y la divulgación”, apuntó el texto.
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