El Ministerio de Minería comunicó el pasado 12 de enero que la empresa china BYD y la chilena Servicios y Operaciones Mineras del Norte obtuvieron los contratos de extracción de litio por 61 y 60 millones de dólares, respectivamente, con una cuota cada una de 80 mil toneladas del mineral, durante 20 años.
El ente aseguró en un comunicado que la entrada de ambas compañías en el mercado local del litio permitirá aumentar el dinamismo de la industria para que Chile recupere su posición en la escena mundial.
Dos días después la Corte de Apelaciones de Copiapó declaró admisible dos recursos de protección, dictó una orden de no innovar y suspendió el proceso de licitación de contratos de explotación, exploración y beneficio de litio.
El tribunal de alzada acogió así las solicitudes del gobernador regional de Atacama, Miguel Vargas, y de comunidades indígenas, recursos a los que se sumó el escrito presentado por un grupo de diputados de izquierda que solicitaron a la Contraloría (ente regulador) investigar el proceso por irregularidades en los procedimientos.
El pasado 21 de enero la Corte resolvió “No ha lugar” los recursos de reposición presentados por el Gobierno, continuando de esta forma con el proceso, lo que constituye un nuevo revés judicial para la administración de Sebastián Piñera, según destacó el periódico Cambio 21.
En opinión del ministro de Minería, Juan Carlos Jobet, la licitación “no afecta a comunidades porque no se han definido zonas geográficas”, lo que es contravenido tajantemente desde los argumentos de comunidades de Pueblos Indígenas, cuyas posiciones tendrán que enfrentarse en los respectivos alegatos judiciales.
Con cerca del 30 por ciento de la producción global y la mayor reserva mundial ubicada en el salar de Atacama, Chile integra junto a Argentina y Bolivia el denominado Triángulo del litio, que guarda más de la mitad de este “oro blanco” en salmuera.
La creciente industria de automóviles eléctricos, computadoras y celulares disparó el precio del mineral en un 500 por ciento en el último año, teniendo como principales mercados a China, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos.
En opinión de Gonzalo Gutiérrez, académico de la universidad de Chile y coordinador de la “Red Litio y Salares: Ciencia y Futuro”, vender el litio como materia prima es un grave error, pues lo que se obtiene es muy poco pues las exportaciones de 2019 representaron solo unos 900 millones de dólares, la mitad de las de vinos y 35 veces menos que el cobre.
“Poner el litio en manos privadas es una bofetada al deseo de los chilenos de dejar atrás el extractivismo. Necesitamos un nuevo modelo de desarrollo que incorpore ciencia y tecnología”, apuntó Gutiérrez.
mgt/lpn