La avenida 9 de julio de esta capital se copó hasta la sede de la Corte Suprema de Justicia, en el Palacio de Tribunales, desde donde con banderas, carteles y cánticos, los manifestantes criticaron el desempeño de la Corte y sus miembros.
Desde una tribuna, varios tomaron el micrófono para pedir la renuncia de los actuales jueces y el fin del «lawfare» y señalaron que no hay democracia plena con un Poder Judicial hegemonizado y cooptado para otorgar impunidad al poder económico y sus socios.
Al tomar la palabra en la jornada, el juez del Tribunal Oral Criminal 29, Juan Ramos Padilla, uno de los promotores de la manifestación, criticó a aquellos colegas del alto Tribunal, sobre todo a los camaristas nombrados por traslado por el expresidente Mauricio Macri y sostenidos en la Cámara Federal por un fallo de la Corte.
Son jueces de la mafia, dijo el letrado, quien como muchos otros rechazaron las persecuciones de la justicia contra líderes sindicales y políticos en Argentina.
A la movilización se sumaron representantes de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA Autónoma) y otros gremios, que exigieron la renuncia de los cuatro integrantes de la Corte, lo cual consideran un paso ineludible para la democratización del Poder Judicial.
La marcha surgió tras el escándalo por la filtración de un video en el cual funcionarios de la exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, agentes de inteligencia, empresarios y funcionarios judiciales acordaban estrategias de persecución y criminalización de dirigentes sindicales.
“Si yo pudiera tener una gestapo (policía secreta de la Alemania nazi), lo haría”, se escucha claramente al exministro de Trabajo bonaerense Marcelo Villegas hablando sobre la creación de un grupo para acabar con varios gremios.
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